En la actualidad se tiene la idea errónea de que un producto es solamente un bien tangible y con el simple hecho de dar a conocer al público su apariencia física y su precio será suficiente para conseguir clientes o bien personas interesadas en él. Cuando la realidad es que para poder ofertar un producto de manera correcta es necesario tomar en cuenta y conocer muchos aspectos de ellos, empezando por saber que un producto puede ser una persona como un artista, un lugar, un servicio, una organización e incluso una idea. De todos y cada uno de ellos debemos conocer la variedad de productos con los que se cuenta, la calidad, cuales son sus características, si el envase es el adecuado y es ergonómico al igual que el tamaño, las garantías y devoluciones con las que se cuenta, todo con el fin de poder dar una mejor reseña del producto.
En términos generales el producto es cualquier bien o servicio que se puede ofrecer a un mercado para su adquisición uso o consumo. Dentro de los bienes o servicios que se ofertan los consumidores los reconocen por la marca que los maneja y dentro de ellas algunas son consideradas como masculinas o femeninas según sean sus características. Para el consumidor el producto además de una serie de atributos o aspectos físicos, tiene muchos atributos psicológicos. Para lograr conseguir un mayor impacto psicológico es importante transmitir al cliente las características en términos de beneficios, vendiendo siempre soluciones; se les conoce como atributos a las características físicas como el color, diseño, forma, tamaño, etc. Y beneficios como los satisfactores, utilidades y la capacidad de cubrir necesidad y deseos
Los productos los podemos dividir en 3 diferentes categorías, de consumo, industriales, y otras entidades comerciales
Resulta imprescindible para elaborar un plan de marketing. Ello es debido a que las decisiones que se tomen sobre cada uno de los elementos del marketing mix dependen, en gran medida, del tipo de producto para el que se esté realizando el plan de marketing.