Las habilidades sociales son necesarias para conseguir realizar adecuadamente actividades cotidianas, tales como trabajar o relacionarse con los demás. Existe un conjunto de componentes que definen la comunicación interpersonal:
El buen uso de los elementos anteriores no asegurará por sí solo una comunicación satisfactoria con el cliente. Además, se debe tener en cuenta:
- El lenguaje del mensaje ha de ser claro, preciso y sencillo, para que el interlocutor genere imágenes mentales claras de lo que le queremos comunicar.
- El tiempo verbal más adecuado es el presente, para indicar acción inmediata (es decir, que estamos trabajando en ello).
- Es conveniente la utilización de palabras positivas para conseguir que en el cliente no aparezcan ideas negativas.
- El vocabulario tiene que adaptarse al del usuario, para que no se produzcan malas interpretaciones.
- Al hablar, hay que mirar a la mitad superior de la cara, evitando las miradas fijas para no incomodar al interlocutor
- La expresión facial ha de estar en consonancia con el mensaje, con el fin de no provocar desconfianza en el cliente.
- La postura debe ser relajada, aunque no en exceso, con el objetivo de producir sensación de tranquilidad, sin llegar a la descortesía o la falta de respeto.
- Vestir de manera neutra, ni demasiado clásica ni demasiado informal. Los colores no deben ser muy llamativos. Elementos como perfumes, maquillaje o complementos se han de utilizar con cierta discreción.
- Que la voz refleje amabilidad, confianza y cortesía, con el fin transmitir una sensación de bienestar.
Claves para actuar ante los clientes
Las personas que tratan con clientes se pueden encontrar con tipos de personas muy diversas. entre ellas: